
el mecanismo de mi metro cincuenta
tirado en el pasillo
buscándote a cuatro patas
-los zapatos rojos castigados en los pies-
y cómo decirte
que el tiempo pasa
y la guerra continúa:
cientos de personas mueren en este mismo instante
mientras tu y yo hacemos el amor
y gruñimos
y nos arañamos como animales en celo
sin que nos importen lo más mínimo
los cuerpos que caen derrumbados.
Nuestra inconsciencia nos hace sobrevivir:
tras los huesos, el polvo, los músculos electrizados
encontramos instinto,
y hambre.
Somos ratas,
dos más en el mundo
sin nada más que un puñado de piel
que llevarnos a la boca.
1 comentario:
la ratonera, guarida del mundo infrahumano
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