Bienvenidos a Tierra de Nadie

viernes, 27 de abril de 2012

HURACANES


Rasurarme el coño una tarde de lluvia
depilarme cejas, piernas y sentimientos.
Salir a la ciudad
a empaparme de la humedad de los hombres

a mi paso
encontrados
sin tocarnos

sólo con el eco del sexo que nos corroe.

Vomitar
cientos de mariposas muertas,
larvas viejas

su nombre enredado en mis tripas

la convulsión
que me produjo su amor entonces,
su amor viejo de caricias viejas

vomitarlo hasta quedarme hueca,
vacía

con la mirada afilada
en una tarde de lluvia
que se cansó de esperarle.

Sumergida en un huracán de primavera.



viernes, 20 de abril de 2012

RESUMEN DE UNOS MESES (a falta de terapias)


Sucede que no recuerdo nada.
Hay imágenes que me bailan en las retinas,
son fantasmas
que no me pertenecen ni los quiero.

………..................

Anoche me encontró en la cocina:
un cuerpo a medio vestir
sobre un charco de vómito,
un despojo inconsciente y ajado,
maloliente.

……….................

Mi juventud fue una selección de los peores licores,
unas botas altas con tacón de aguja,
una espiral de retretes sucios
y labios mojados.
Un corazón ardiendo sin cartel de salida.

…………............


Cayó la ciudad
y con ella
mis pies de plomo se hicieron agua.
Después tú me preguntaste algo
sobre el mar Egeo
o sobre las náuseas
o quizás hablabas del tiempo,

lo mismo da
mi mente nadaba muy lejos.

……………......

Anoche me encontró  en la cocina
sobre un charco de vómito.
Esta mañana
era un bonito cadáver
con los labios aún pintados de rojo.

………….........

Soñaba con sangre
siempre y cuando pudiese dormir.
La vida era eso que iba a la deriva
yo
una astilla en el mar
su voz
el eco
que sonaba en mi cabeza
que sonaba en mi cabeza
terca

cansada y triste,
nerviosa.

………….........

Creo que llegué en taxi
subida aún sobre los zapatos amarillos.
Creo que huía de algo, de alguien,
quizás
de mí misma.

……………......

Intentar estar bien
mientras escribes sobre lo mal que estás
no funciona.
Esto no es una terapia.

…………..........

Esta mañana era un cadáver.
Estaba fría como un cadáver,
sola como un cadáver.
Triste
como sólo puede estarlo
alguien que respira.

VIEJO HOTEL


El mar guarda memoria
de olas chocando contra rocas y cuerpos.
Mis manos
el tacto de tu piel
-poemas mojados-
una huella dactilar cayendo de mi ombligo abajo, sin retroceso.

Aún recuerdo cómo olía la playa aquel invierno,
el sabor de la sal
dentro de tu boca.

Olías a carne y algas, a espuma, a grito, a semen, 
a saliva

olías a viejo hotel, a colchón en llamas,
y a mí.

Llovía entonces, como ahora,
llovía y el mundo giraba
sin tenernos en cuenta.

Y el mundo giraba.
Y yo
me perdía.




"El olvido
no es un arte que cultiven los poetas"