Aunque esté sola a quince grados de la tierra,y me crezcan los inviernos
porque mis manos ya no saben ni de orgasmos
ni promesas.
Aunque no haya humo donde dejar más huellas
y el rastro sea sólo el eco de tu nombre
carcomiendo mi cerebro.
Aunque
no me quede un “aunque” colgado en este techo,
ni esperma en la garganta
para esquivar atardeceres.
Aunque mis piernas no huyan,
aunque mis labios se alejen.
Aunque mis dedos se abran camino entre tu piel y tu boca.
Llegará el día
en el que no tengamos tiempo para más estupideces.
Cuando prefiera
tirar los recuerdos
y sea capaz de verlos rodar calle abajo,
volveré al bosque,
sin ti,
contigo,
con tu voz a cuestas,
aunque te olvide mil veces
2 comentarios:
Ya te dije lo que me había gustado este poema y como dicen por Barcelona lo buena que fue tu presencia aquí.
Petonets.
Joan
oh!gracias Joan!jajajja, sé que Barcelona me tiene en mucha estima jajaja, no, en serio, gracias por el comentario, por leerme, por estar presente, por reaparecer en mi vida, y por todo lo demas
petonets, de nuevo
isa
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