
Pierdo otra batalla
bebo
ribera del duero, joven, al contrario de mis amantes.
Regreso a la senda del verso,
sumisa
triste alegre borracha
nerviosa
y aún es tan de día, mediodía.
Lo entiendo todo, me persiguen las voces
y mi sombra
me ausculta decepcionada desde su rincón.
Estás aquí, y tu, y tu…
bien sabéis de lo que os hablo.
También vosotros habéis sentido el temblor del poema y la catástrofe,
el estremecimiento de mis labios
y mis piernas.
El miedo, simple:
sin nada a cambio.
4 comentarios:
Lo he sentido, así es, mi querida Dorothy, la poesía da tan poco y te quita tanto.... pero aqui estamos, esclavos de ella.
Besos desde mi escoba
joder D., ¡te acuerdas!
y sigues sabiendo.
y si tú te estremeces y yo te huelo?
¿no vas a volver a publicar?
ME GUSTÓ LO QUE ESCRIBES. SALUDOS
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