Bienvenidos a Tierra de Nadie

martes, 3 de marzo de 2009

A MEDIA LUZ

Encontré la paz en aquel bar,
alguien me agarró de la cadera
como solías hacerlo tú.

Bajo la voz del camarero
el ruido
incierto,

encima de nosotros
la ciudad
tal vez en llamas,
derruida por el tiempo y los quebraderos de cabeza.

La hierba con sus pisadas amortiguadas
y espaldas desnudas

sudando acompasadas.

La paz.
La paz estaba en el ruido,
estaba en la noche
y en sus rincones oscuros

en los cientos de ojos entornados
en un mar de cerveza

a la deriva.

Sobre nosotros
la ciudad perdida
donde viven mis silencios

siempre
a media luz.

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