
y una tarde contigo en el carrusel.
La niebla fuera
exterminándonos
bajo el abrigo gélido de las horas
girando
girando.
Quiero dolor
y gritos
y cuchillas de afeitar.
Quiero un reguero de sangre.
Quiero piel con lágrimas de cera
y tinta
que cubra las cicatrices viejas
y las borre de un plumazo;
que desaparezcan
1 comentario:
A veces me parece que tuvieras ciento cuarenta y siete años.
Otras, cinco, o seis.
Beso. El único que tengo.
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