Bienvenidos a Tierra de Nadie

sábado, 23 de abril de 2011

RESUMIENDO...

No quiero que piense que estoy mal. Cuando voy a comer, me maquillo, me peino, me pongo los pantalones estrechos y una camiseta alegre, nada de ropa negra, ni de ojeras, ni de abismos. Bastante tiene ella.

Soy mi propia responsabilidad. De nada serviría contarla que la consulta del médico es mi casa, la farmacia, mi sitio de recreo.

-------------------------------------------------------------------------------------------------

¿y por qué no? me compraría esos zapatos de 590 euros, horteras hasta la médula, rosa palo, con tacón altísimo. Quedarían de escándalo con la falda tubo negra.

Estoy cansada del uniforme de vaqueros, botas y camiseta.

Cansada de la invisibilidad.´

Harta de mí misma y de mis propias limitaciones.


------------------------------------------------------------------------------------------------


Lo recuerdo perfectamente,

te dije : “a estas horas en la calle sólo hay putas y barrenderos.”

lo que no sabía entonces

es que unas y otros podían pasear cogidos de la mano.

Tu y yo,

sin más futuro que un amanecer.


---------------------------------------------------------------------------------------------


Desayunábamos bourbon aquella madrugada en el andén, teníamos mono de tortilla de patata y bocata de calamares. No habíamos dormido en dos días y apenas nos podíamos sostener sobre los zapatos de aguja, pero nos reíamos como locas.

Pensábamos que la vida nos trataba la mar de bien y era verdad.

Cobraba por entonces 300 euros y los poemas no me pesaban en la espalda.

------------------------------------------------------------------------------------------------

Trenes.

Pienso en trenes.

Pienso en trenes que van y no vuelven.

Pienso en mi cara reflejada en el paisaje a gran velocidad

camino del fin del mundo,

de ninguna parte.


------------------------------------------------------------------------------------------


He estado encerrada en casa dos días seguidos. Sin alcohol, sin más drogas que las que me suministra la farmacia. Ha llovido a cántaros. La ciudad está llena de desconocidos. No me gustan las procesiones. No me gustan los falsos penitentes, la fe con fecha de caducidad. Me gusta, en cambio, escuchar los tambores desde mi sofá, a oscuras; a veces el sonido se vuelve aterrador.

Hoy he salido a la calle. El cielo estaba gris, seguramente llueva de nuevo. Me he tomado un café en una terraza, he intentado leer un libro. Me siento extraña. Desubicada. Perdida. Me siento como una turista en mi propia ciudad.


----------------------------------------------------------------------------------------



No hay comentarios: