
Ayer subimos a lo más alto,
estábamos pendientes
de un hilo.
Abajo
el abismo gritaba.
Salté.
Saltaron conmigo
cuerpo,
piel
y alma.
Amanecimos
rotos por el suelo,
descoyuntados.
Se desangraban
los minutos
que ya no volverán.
No pude volver la vista atrás.
Algún día,
quizás,
aprenda a escalar
el pico de los miedos
o aprenda a volar,
o a morir en silencio.
estábamos pendientes
de un hilo.
Abajo
el abismo gritaba.
Salté.
Saltaron conmigo
cuerpo,
piel
y alma.
Amanecimos
rotos por el suelo,
descoyuntados.
Se desangraban
los minutos
que ya no volverán.
No pude volver la vista atrás.
Algún día,
quizás,
aprenda a escalar
el pico de los miedos
o aprenda a volar,
o a morir en silencio.
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