Bienvenidos a Tierra de Nadie

lunes, 22 de septiembre de 2008

MUERTA LA SIRENA, LLORADO EL MAR


Llega de repente.

Un día,
sin apenas darte cuenta,
flotas de nuevo sobre la superficie

y el cielo no cambia:
sigue gritando con su mismo color.

Bajo el agua,
apenas sosteniendo
la vida en los pulmones,

creando escamas
donde antes dormían cicatrices.

Sin respirar.

La tristeza
era un canto de sirena

y el amor
arrecifes de coral.

Pero nada dura eternamente,
ni siquiera la tormenta,
ni este mar.

Aprecio el sol
que ahora fluye en mi sonrisa.

Y sé que estoy
donde quería estar.

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