
alguno, incluso, era domingo,
no como estos,
claro que no,
eran días hechos de piel
y de besos.
Aunque siempre
estábamos escondiéndonos,
eran buenos
porque eran nuestros
y no queríamos ver más allá.
Ahora las tardes pasan
tachando números en el calendario
y es que hoy tampoco vendrás
y es que hoy
tampoco te espero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario