Bienvenidos a Tierra de Nadie

sábado, 26 de enero de 2008

EL PRECIPICIO

He abandonado tu cuerpo,
ya no lo quiero,
ya no se merece el tacto
de mi voz y mis desvelos.

Lo abandono a su suerte
al borde del precipicio
donde habito
a este lado del infierno.

No puedo encajar más golpes,
llevo tatuado tu nombre
en moratones sobre la piel.

Y el dolor se ha hecho tan espeso
que no cabe ya
por las pajitas de los cubatas.

No quiero mentirme,
igual es que no te quiero.
No quiero mentirme,
te quiero.

Pero esta noche
una ducha de esperma
me espera
al otro lado de la cama,
justo a la altura
de la polla del vecino.

Y no te espero,
no quiero mentirme,
estoy en celo
como una animal.

Y espero sexo sin palabras bonitas,
espero jadeos de realidad.

Y un pasito más
camino del precipicio.

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