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domingo, 20 de enero de 2008

Semen en los recuerdos

Castrado en mi voz
se escucha al llanto,
mi cabeza puede sentir
aún el eco del martilleo.
Lo siente suyo,
no lo abandona.

Yo me siento incestuosa
al follarme tu nombre,
lo meto entre las mayúsculas
que forman mis letras,
lo froto hasta que se pone tieso
y después lo abandono
para que se corra.

Y yo no miro,
no quiero verlo,
no quiero sentir
tu semen de voz
en mis llagas,
no quiero torturarte
con mis penas,
atarte a ellas
con mi alma.

Sentirme un poco látigo
mientras golpeo tu cuerpo
por ese adiós lleno de hambre,
por esa vuelta,
siempre,
llena de pena.

No quiero,
pero ignoro la forma de olvidarte,
llevo sobre mi piel tatuada tu inocencia,
llevo sobre la espalda el castigo de tu recuerdo.

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