
Le besé
y no tuve más remedio
que correr calle abajo.
Qué hubiera pensado de mi
la virgen
si al llegar a casa
no me hubiera masturbado,
si no me lamo los dedos
con ansia.
Qué,
si no me hubiera quitado
al amor
a base de orgasmos.
Lo hice,
rápido,
antes de que el beso
mutara en larva
y anidara por siempre
en mi cuerpo
revoloteando
nostalgias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario