
aunque les falte el humo frente al sol y la ventana.
Seguirán mañana,
no lo dudes,
respirando versos
en contra
de cualquier cosa menor,
esas que guardo en el cajón de las braguitas
donde un cuarenta de noviembre
abandoné el amor
sucio y abierto de piernas
crucificado
en posición de alerta,
por si se te ocurría volver.
Ya no habrá poemas
ni enfermedad con coca-cola
solamente
estas canciones
en estado de repetición
adustas
frías
tuertas
apenas susurradas.
En un hilo de voz.
1 comentario:
"esas que guardo en el cajón de las braguitas
donde un cuarenta de noviembre
abandoné el amor"
Me gusta el cajón de las braguitas. Es como otra dimensión.
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