Bienvenidos a Tierra de Nadie

lunes, 9 de junio de 2008

TRES EN LA CASA

Éramos en el fondo tres desconocidos.

Él siempre solo en su habitación
jugando a las cartas
haciéndose trampas
y grabando en un casete
siempre reciclable
partidos de fútbol que escuchaba por la radio,
a veces montábamos una fiesta
de almohadas
sobre la cama
y cantábamos juntos
canciones de “Los Manolos”
y nos reíamos
y tu eras ya un hombre
y yo solo una niña
pero nos llevábamos bien,
así, a solas,
encerrados en la habitación,

Ella siempre
tan risueña
soñando con escapar.
cuidaba niños a los que contaba cuentos
y volvía a casa
con una película bajo el brazo.

Siempre eran las diez y media
y yo la esperaba despierta metida en la cama.
Siempre esperaba despierta.

Los fines de semana
veíamos películas.
Yo solo era una niña
pero veíamos “Fama”
y apartábamos los muebles del salón,
“Sabrina”,
“Lo que el viento se llevó”,
“Casablanca”,
“Charada”,
“Dirty dancing”,
“Flash dance”,

y yo solo era una niña
y bailábamos juntas “The time warp”
en la cocina
secuela de haber visto tantas veces
“The rocky horror picture show”
emocionadas
y hacíamos tortillas
que se estrellaban contra el techo
y el huevo caía insoluble
en las cabezas
y nos reíamos,
tu eras ya una mujer
y yo
solamente una niña
pero nos llevábamos bien
así a solas
viendo películas
que alquilabas
en el videoclub de la esquina.

Yo era apenas una niña
y siempre esperaba despierta
que llegarais a casa.

El entraba sigiloso a la habitación
creyendo que dormía
y me hacia cosquillas en los pies
hasta que de risa
le regalaba un beso.

Ella regresaba soñadora
a su montaña de libros
a su cama a mi lado
y me quedaba dormida
bajo la luz naranja de la mesita
sabiendo que en voz muy baja
me estaba contando algún cuento
de príncipes y princesas
que se daban besos de amor.

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