Bienvenidos a Tierra de Nadie

lunes, 28 de abril de 2008

LA SALIDA MÁS DIFÍCIL

Las personas que me quieren
no comprenden
como puedo pensar
en abandonarlo todo.

Llevo unos días
dándolo vueltas
y realmente sé que no tengo
tantas cosas que perder.

Todo lo que soy
lo llevo a cuestas,
como una losa
comprada
siglos antes de
mi entierro,
pesada y sucia.
Lapidaria.

Nadie lo entiende,
será que no se explicar
que a veces
una mujer necesita
más cosas
que problemas
y más problemas,
trabajo,
familia,
dinero,
una rutina de mierda.
Menos mal
que carezco de hijos
y no me lo llego
ni a plantear.
Menos mal.

Abandonarme
por completo
de la compañía
gratuita
que a veces
me imponen.
¿Nadie entiende
que a veces
lo que necesito
es la soledad?

No.
Nadie quiere saber nada,
es más fácil hacerse los sordos,
disimular.
Es más fácil.

Necios,
egoístas
que sólo
desean
mantenerme
fresca
en el cajón
de las reservas,
sin pensar
que a veces una
tiene sus necesidades,
básicas e incomprensibles,
humanas al fin y al cabo.

No tengo otro remedio.
Tendré que actuar,
pensar que sólo
existen mis prioridades
y nadie más.
La salida más difícil
es largarme
sin avisar.

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