Algo se mueve en el interior,
es la raíz del nombre que me habita,
las vocales que quedaron
ancladas allá lejos, en mi otro mar.
Y son otras olas hoy
las que llegan a mi playa
y la encuentran tan vacía,
tan distante,
tan desierta
como aquel día
en que tú llegaste
y la hiciste tuya.
Quisiste creer en dios
y yo te separé las aguas,
y creíste en mí,
en el útero donde habitan
los seres buenos y malos.
Todos los seres que
llevan mi nombre
y ya no soy yo.
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